sábado, 29 de octubre de 2011

Knet & Éniac - CE CIP Lleida Básquetbol (76-74). Adiós a la mochila en una noche de histeria colectiva

(foto: Miguel Herreros)
Igual que en aquellos dos partidos ante Burgos y Canarias, rotos con dos técnicas consecutivas para el Knet & Éniac en los instantes finales, es lógico admitir una elevada incredulidad ante el desenlace del partido de anoche en el Palacio, con Lleida como rival. El hecho de estar sentado en lo más alto de la grada obviamente imposibilita conocer los entresijos del parqué que motivaron esas faltas, si es que el jugador expuso sus mejores deseos para la progenitora del trencilla a viva voz, o si simplemente al trencilla se le cruzó el cable. Pero lo que sí está claro es que cuatro técnicas a un mismo equipo son muchas. En el Palacio de Logroño y en el OAKA de Atenas.

¿Justas o no? Pues igual que de los partidos ante Burgos y Canarias el seguidor riojano salió muy muy cabreado con los acontecimientos arbitrales del final, esa misma parcialidad de aficionado tiende a devenir en una noche como la de ayer en quitar importancia a lo sucedido y celebrar una victoria, que por cierto es importantísima. Pero basta preguntar a un aficionado del Lleida Básquetbol para escuchar mil exabruptos dentro del contexto que sugiere el concepto deportivo de 'robo'. Lógico. Sin embargo, ambos coincidirán en lo mismo: un buen partido de baloncesto, con mucha intensidad táctica, tanteos apretadísimos y momentos de juego brillantes en ambos bandos; que ha sido condicionado por los que nunca deben ser protagonistas. La muestra es que aquí llevamos dos párrafos y aún no hemos hablado del partido en sí. Una pena en todo caso.

(foto: Miguel Herreros)
Así que vayamos al grano. Porque hasta que sucedió todo aquello, el Palacio digería con gusto un partido de alternativas, con un Lleida muy serio y seguro de tenerlo atado y sometido a su ritmo en la primera mitad, y un Knet & Éniac que recuperó en la segunda el terreno perdido para incomodar a su rival, pero con la sensación de no acabar de hincarle el diente por la falta de acierto en el tiro y el desastre surrealista desde el 4,60. "Ofensivamente nos ha pesado la mochila de las cuatro derrotas consecutivas que traíamos", comentaba Jesús Sala en declaraciones posteriores.

El técnico riojano introducía en el arranque la novedad de Chubrevich en el quinteto inicial, que dibujaba un perfil al Knet & Éniac cercano al del equipo imparable del año pasado. La potencia y movilidad del israelí ayudaba en el ataque fluido del inicio (7-3, minuto 2), si bien la defensa no terminaba de ajustarse ante la dupla interior Ramsdell-Alzamora, que capitalizaba los estragos en la zona local (9-14, minuto 4).
En un primer cuarto equilibrado, Lleida fue raspando con calma y paciencia una dinámica favorable a sus intereses, y entre Rubio, Feliu y Norris abrían una primera brecha preocupante (18-26, minuto 11). Eran los minutos de la segunda unidad del Clavijo, que si bien en esos momentos perdía algunas prestaciones con el ritmo más pausado de Mediano y seguía (pese a Lawal) sin arreglar el agujero en la pintura, ganaba empuje y valentía exterior con la irrupción de Quique Suárez y Galarreta. Un triple para cada uno redondeaba un buen parcial de 10-0 (28-26) que devolvía al Knet & Éniac al mando, y a Ricard Casas a la mesa a pedir tiempo muerto.
Lleida resolvió en la pausa sus problemas y volvió a acomodar el partido a sus intereses hasta el descanso, de nuevo con Alzamora haciendo daño (6 puntos seguidos) y con la novedad de los excelentes minutos de Villacampa. La canasta de Norris sobre el rebote de su propio tiro libre, a un segundo del intermedio, dejó mal sabor al descanso local (34-40).

Reacción
El tercer cuarto, una vez más, fue el del reajuste y reacción riojana. Una reacción no agresiva, sino lenta y trabajada desde la paciencia necesaria ante los fallos en el tiro. Lleida aprovechó los primeros minutos para llegar a poner su máxima de toda la noche (45-53, minuto 26), tras otro parcial de 0-11, con un Ramsdell a tono (16 puntos en ese momento) entre la extrañeza de su excesivo tiempo en el banquillo. Los ilerdenses no supieron, o no pudieron matar el partido en el momento que más propicio parecía para ello, y dejaron la puerta abierta para la nueva reacción local, que llegó con la unión de sus mejores piezas: Witt imprimiendo el ritmo apropiado, Suárez ejecutando y Mesa haciendo que la agresividad interior fuera otra cosa. Los triples de Witt y Quique dejaban el choque en un puño al final del tercer cuarto (55-56). Por medio, el lastre terrible de los 11 tiros libres fallados (19/30) hasta ese momento.

(foto: Miguel Herreros)
El desenlace, ya se ha comentado, llevó la noche a su versión más surrealista. La sangría desde el 4,60 seguía permitiendo las cómodas ventajas ilerdenses dentro del goteo de puntos (56-62, minuto 32). Llegó el 'momento' de Paco Vázquez: una justa antideportiva (era el último defensor), seguida de un triple estratosférico, y luego la técnica que le echaba del partido. La sucesión de tiros libres riojanos llevó al desquiciamiento de los dos equipos, los locales machacados por su cada vez mayor losa de fallos (hubo una secuencia de cuatro tiros libres seguidos, los cuatro fallados), los visitantes atenazados por la desesperación de la cascada de técnicas.
El desenlace arriesgaba la perplejidad y hasta cierto ridículo para el Knet & Éniac de perder un partido en estas circunstancias. Pero no ocurrió: al fin, Mediano dio carpetazo y levantó la losa con una (visto lo visto) más que aceptable serie de 3/4 en los tiros libres, seguida del canastón de Mesa para culminar la remontada (68-67, minuto 37). Era la otra parte: psicológicamente, Lleida estaba en trance y a falta de ejecución. Lo ilustró muy bien Norris, quien anotó con calidad el siguiente tiro caliente (68-69), pero luego, tras una grandiosa respuesta de Mediano (70-69), en la siguiente posesión le entregó literalmente el balón a Galarreta, para que corriera campo y la hundiera solo, la bola y la resistencia visitante (72-69, minuto 39). En el final, de nuevo apretadísimo, esta vez ni Galarreta ni Witt temblaron y con sendas canastas de raza acabaron con el hasta ahora invicto Lleida.

Con el triunfo, tercero en liga, los de Sala se quitan esa mochila de derrotas que psicológicamente estaba resultando demasiado pesada. Algunos dicen que ahora acaba también el 'tourmalet', y llegan los partidos a priori contra rivales 'de nuestra liga' (Palencia, Huesca, Tarragona, Navarra). El balance de este arranque no es, en fin, nada malo, con un 3-4 en el casillero y buenas maneras en todas las canchas. Sirve para que muchos ya miren a este Knet & Éniac con los ojos afectuosos hacia 'el novato que se esfuerza para dar buena imagen y competir'. Ahora toca subir al siguiente peldaño de respeto en esta nueva fase del calendario.  
               
Knet & Éniac (18+16+21+21): Witt (12), Arévalo (4), Bonds (8), Mesa (14), Chubrevich (4) -quinteto inicial- Mediano (9), Lawal (4), Ruiz de Galarreta (8), Herrero, Mejeris y Suárez (13).

Ciutat y Provincia de Lleida (20+20+16+18): Norris (11), Vázquez (5), Feliu (6), Alzamora (10), Ramsdell (20) -quinteto inicial- Kale (7), Villacampa (6), Rubio (8), Oriol (2), Simeón y Detrick.

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